Por Blanca Padilla
Turismo ecológico,
desarrollo sustentable... Se habla mucho de estos temas en nuestros días, pero es
difícil que los campesinos de las comunidades mexicanas marginadas y
desprotegidas, aunque rebosantes de bellezas naturales, obtengan rápido y
efectivo apoyo para desarrollar proyectos de esta naturaleza.
No obstante, en esto se han
empeñado unos 35 comuneros del Rancho de Zeta, Sola de Vega, Oaxaca, jóvenes en
su mayoría y conscientes de los hermosos atractivos que pueden compartir con
los deseados visitantes. Desde hace poco más de un año inscribieron su proyecto
en la Secretaría de Turismo del estado, sin respuesta satisfactoria hasta el
momento.